Según un artículo publicado en Harvard Business Review, la adopción de las últimas tecnologías se aceleró en el último siglo, y fue un importante factor de cambio en todos los ámbitos.

Las empresas de tecnología han sido históricamente las principales competidoras en innovación y las que han provocado cambios disruptivos en lo social, cultural y en los modos de consumo.
Pero, ¿incorporar nuevas tecnologías es necesariamente innovación? No lo creo.
En esta nota revisaremos los aspectos básicos de la innovación, su relación con la tecnología y algunas claves para innovar y construir cultura de innovación.
Sobre la definición de innovación
Muchas son las definiciones de innovación que podemos encontrar. La Norma ISO 56000 de Gestión de la Innovación, la excelente Board of Innovation, libros sobre el tema o desarrollos como el de James Harrington mantienen coincidencias y tienen algunas particularidades. Pero mi intención aquí no es debatir sobre el término sino compartir algunas sugerencias que considero clave.
Cómo innovar – sugerencias
- Aprende a identificar oportunidades de innovación
En 2017, Amazon compró Wholefoods, lo que significó un cambio disruptivo en el supermercadismo. Nadie lo vio venir y, sin embargo, hubo miles de señales que pudieron haber alertado a sus competidores. Miremos algunos hitos en su historia:
- En 1999, Amazon compró un 35% de homgrocers.com
- En 2006, Amazon empezó a vender comida
- En 2007 lanzó Amazon Fresh
- En 2016, Amazon anunció el lanzamiento de Amazon Go Grocery Store y la marca de comida Wickedly Prime
El problema con el cambio no es que no se ve venir, sino que es muy lento hasta que ya no lo es. Todo cambio muestra alguna señal previa y alguien que lo predice.
Si quieres generar una innovación disruptiva, debes estar atento para buscar en el metasistema señales de innovación de otros. Y esto significa mirar más allá de tu entorno, mirar el eco-sistema y, aún más, salirte del sector en el que estás.
- Establece procesos sólidos y estandarizados
Construye en tu organización un entorno que ayude a innovar. Establece procesos para la generación de ideas.
Algunas bases para generar procesos que estimulan la innovación:
- Desarrolla una cultura ágil e identifica a los facilitadores del trabajo colaborativo.
- Estandariza prácticas como el trabajo en proyectos de mejora y la aplicación de técnicas como el Design Thinking.
- No penalices los errores. Al contrario, premia a quienes toman riesgos.
Y. por último, para tener tiempo y recursos para innovar, debes reducir recursos dedicados a desperdicios, es decir, aquellas actividades que no agregan valor. Estandariza procesos, delega decisiones, capacita a la gente para mejorar eficiencia.
- Enfócate en conocer a tu cliente o grupo de interés
Scott Berkun definió la innovación como “un cambio positivo significativo”. Innovación no es igual a cambio. La innovación debe ser importante para alguien – o sino, no es innovación. Tampoco se trata de una carrera por incorporar las últimas tecnologías. Para que algo sea realmente innovador debe agregarle valor a un grupo de interés, por ejemplo a clientes, empleados, sociedad o accionistas.
Innovación sólo es tal si tiene valor para alguien. Por esto, es fundamental que comprendas quién es tu grupo de interés y qué considera valor.
Establece prácticas sistemáticas y herramientas para conocer a tu cliente o al grupo de interés. Sumérgete en su customer journey y analiza los requerimientos que tiene y tendrá en el futuro. Este es el punto de partida para innovar.
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- Experimenta y asume riesgos
«Para innovar debes experimentar. Si sabes de antemano que va a funcionar no es innovación», explica Jeff Bezos.
Una innovación debe pasar dos “exámenes” para poder ser exitosa en términos de negocio: la hipótesis de valor y la hipótesis de crecimiento.
La Hipótesis de Valor “si pudiéramos recolectar fruta con drones podríamos acelerar la cosecha” se relaciona con validar – aprender de – el beneficio para grupos(s) de interés.
La Hipótesis de Crecimiento “el 15% de las fincas actuales desearían comprar al menos 5 drones” se relaciona con validar -aprender de- que efectivamente ese grupo de interés estará deseando comprarlo.
Pero estas hipótesis deben ser validadas con experimentación. Y, como sabemos, toda experimentación puede conllevar sinsabores. Una experimentación no tiene resultados buenos o malos, simplemente confirman la hipótesis o no. Es decir, debemos estar dispuestos a aceptar que puede ocurrir cualquiera de estas cosas:
- que validemos la hipótesis, aprendamos y continuemos el desarrollo,
- que validemos parcialmente, aprendamos y hagamos cambios, o
- que el experimento no valide la hipótesis y, por lo tanto, podríamos pivotar y ensayar una nueva hipótesis.
La mayoría de las innovaciones que hoy conocemos tuvieron al menos una versión anterior que falló previamente.
Supongamos que ya sabes cuál es el problema, necesidad u oportunidad que quieres abordar con tu próxima innovación. Existen múltiples soluciones posibles. ¿Cómo sabes que ésta funcionará?
Testea un producto mínimo viable (MVP) y evalúa los resultados. Trabaja en mejorar tu innovación en ciclos cortos y asegúrate de aprender en el proceso.
Por supuesto, existen riesgos. Pero si no testeas nunca sabrás si vas por el camino correcto. No olvides que el principal propósito de la experimentación es aprender.
- Toma decisiones basadas en datos
Si has tomado en serio el punto 3, seguramente hayas recopilado una gran cantidad de datos para conocer a tu grupo de interés. Pero, ¿estás haciendo un uso correcto de estos datos?
La digitalización y el uso de datos no necesariamente conduce a mejores decisiones. Por el contrario, si no estableces prácticas para hacer un uso eficaz de la información, probablemente los datos servirán solamente para justificar decisiones ya has tomado o tomarás.
Y no se trata solamente de prácticas. Si quieres que la búsqueda de la innovación forme parte del día a día de tu organización, debes enfocarte en construir cultura de innovación. Veamos algunas claves que pueden ayudarte.
Claves de una cultura de innovación
- Establece un sentido de propósito
“Encuentra tu por qué” dice Simon Sinek. Gran parte de los trabajadores han buscado siempre en el trabajo mucho más que remuneración económica. Encontrar sentido en lo que hacemos y hacer aquello que nos apasiona y moviliza han sido, y son hoy, requisitos fundamentales a la hora de buscar un trabajo y permanecer en una organización. Y debería agregar, hoy más que ayer.
Un estudio realizado por McKinsey revela que 70% de los empleados encuentran su sentido de propósito en su trabajo.
Además, una encuesta conjunta realizada por Imperative y LinkedIn muestra una clara relación entre sentido de propósito y crecimiento de las organizaciones. De hecho, 52% de las empresas que tienen un sentido de propósito articulado y comprendido muestran un crecimiento de +10% en 3 años, mientras que el 42% de las empresas sin sentido de propósito articulado mostró un crecimiento negativo.
Si tus colaboradores tienen una real convicción de que están impactando positivamente en el entorno con su trabajo, esto se reflejará en los resultados. Si el deseo de innovar y mejorar son parte de la cultura de tu organización, les estarás dando un por qué que los motivará e impulsará su desarrollo – y con él, el desarrollo de tu organización.
- Empatiza con tus colaboradores para que ellos empaticen con tus clientes
La empatía – la capacidad de ponerse en el lugar del otro – es una competencia básica necesaria para desarrollar una cultura de innovación.
Si quieres que tus empleados empaticen con los grupos de interés y comprendan verdaderamente qué necesita tu cliente, el primer paso es considerar la experiencia de empleado como pieza fundamental de tu estrategia de negocio.
Y cuando hablamos de empatizar, no se trata sólo del hoy sino también de empatizar para el futuro. Debemos anticipar las necesidades futuras, descubrir lo no dicho (o no dicho aún) e idear soluciones que se proyecten hacia el futuro.
- Construye cultura de aprendizaje continuo
La pasión por aprender estimula la innovación. Innovamos, creamos algo nuevo, porque estamos dispuestos a experimentar y aprender del error. Porque creemos que siempre hay algo que no sabemos, algo más por aprender.
Sin embargo, la pasión por aprender no es innata y tampoco se enseña. Pero, sí puede ser promovida a partir de ciertos cambios en las formas de liderazgo que transformen la cultura. Una cultura que debe basarse en principios como:
- El trabajo en equipo y en red: Todas las ideas son bienvenidas. Cuantas más ideas mejor, sin importar de quién vengan y qué posición tenga esta persona.
- Implementación ágil y pérdida de miedo al error: El miedo al error nos paraliza. En una cultura ágil todos comprenderán que fallar es una parte necesaria del proceso de aprendizaje y se atreverán a asumir riesgos calculados, aprender rápidamente de esos errores, y volver a testear las mejoras.
- Capacidad de autocrítica: Todos tenemos competencias que dominamos y debilidades – también los líderes. Conocer en qué debemos desarrollarnos es fundamental para nuestro crecimiento.
- Construye una cultura de uso de datos
Medir y tomar decisiones basadas en datos debe ser una práctica habitual en toda organización que quiera innovar.
¿Cómo sabremos si hemos tenido éxito, si nuestro cliente o grupo de interés ha encontrado valor en una innovación, si no hemos establecido primero indicadores que nos permitan medir los resultados? ¿Cómo aprenderemos del error y convertiremos un aparente fracaso en un futuro éxito?
Una cultura de toma de decisiones basada en datos es fundamental para la experimentación, para el aprendizaje continuo y para la innovación.
- Poner el foco en el desarrollo de talento
Muchas organizaciones cometen el error de pensar que crear un sector de “innovación” será suficiente para convertirse en una empresa innovadora. Pero la innovación sólo surge si la cultura está preparada para ello. Y esto es una tarea de las áreas de Recursos Humanos.
Se trata de poner el foco en el desarrollo de talento y de las competencias necesarias para innovar.
Son responsabilidad de las áreas de Capital Humano:
- Identificar talento: Reconocer facilitadores y líderes de innovación (que no necesariamente tendrán una posición de liderazgo) y brindarles oportunidades para desarrollarse.
- Crear reconocimientos que promuevan la innovación: Lanzar un premio a la innovación o crear un grupo de innovadores son sólo algunas ideas.
- Desarrollar líderes: Capacitar a los jefes, gerentes y directivos para que cambien su mentalidad y se conviertan en facilitadores de la innovación.
- Revisar las estructuras para promover el trabajo en redes: Las estructuras horizontales y el relacionamiento entre áreas ayudan a la generación de ideas, promoviendo la riqueza de perspectivas.
Conclusión
Si tu organización no tiene cultura de innovación, tal vez puedas encontrar un “genio innovador” que empuje la innovación. Pero tendrá que luchar contra incontables personas que cuestionarán sus ideas. Y, aunque conocemos estas insólitas historias de éxito a pesar de todas las adversidades, lo cierto es que hay un 99% de historias de fracasos que seguramente no hayan llegado a nuestros oídos.
En cambio, si te enfocas en desarrollar cultura de innovación, tendrás un equipo de innovadores. Toda la organización se complementará para generar innovación.
Establecerás prácticas y procesos que estimularán la creatividad y que harán que las ideas lleguen a término. Desarrollarás un sentido de propósito y competencias como la empatía que permitirán agregar más valor a los grupos de interés.
La innovación requiere esfuerzo y trabajo en equipo. Pero si desarrollas cultura de innovación, ya tienes la mayor parte del camino recorrido.
Autor: Raúl Molteni
Foto de portada por Daria Nepriakhina – Unsplash